jueves, 8 de septiembre de 2011

En septiembre de 2011.-

Con septiembre llegó un nuevo curso y es cuando realmente comenzamos un nuevo año. Atrás hemos dejado un mes de agosto de lo más vertiginoso, que se asemejó a una montaña rusa de cualquier parque de atracciones. En el mundo bursátil hemos tenido este verano oportunidad de ver que hubo semanas horríbilis con caídas de valores que marcaron record históricos predominando dudas, desconfianzas y tensiones, incluso EE.UU. se situó al borde de una suspensión de pagos que le costó una rebaja en su calificación de la deuda con el consiguiente rebote que tuvo en Europa aquella decisión.
Por otro lado hemos pasado días calurosos en extremo que a media tarde lo que apetecía realmente era echar una buena siesta, no tanto de pijama y orinal pero sí reparadora, y no porque estudios científicos recientes ahora lo estén recomendando para mejorar la productividad, es que las horas del tiempo de la siesta no son horas de ponerse a hacer deporte, ni de estar en lo alto de un andamio, ni en un camión, ni detrás del mostrador de una tienda porque hasta que no pasen de largo las seis, como mínimo, no va a entrar nadie. No son horas siquiera ni de asistir a una rueda de prensa por muy relevante que ésta sea y si no que se lo pregunten al ministro de Fomento cuando Zapatero ha visitado recientemente Turquía. Porque habrá que decir como dijo Pérez Rubalcaba cuando se salió del hemiciclo del Congreso donde se consideraba la reforma de la Constitución a finales de agosto: “Me voy a tomar un café que me duermo”. Pues eso. Y es que con lo que cae en la calle a esas horas en plena canícula no hay cuerpo humano que resista. Que una cosa es estar tomando el sol en la playa de Mallorca a esa hora y otra bien distinta es estar subido en una escalera pintando la fachada de un bloque pisos, por ejemplo.
Pasada la feria el debate sobre el traslado a un recinto permanente continúa más abierto que nunca. Ahora, en septiembre, viene una lista de buenos propósitos de cara al nuevo curso como: hacer dieta, dejar de fumar, hacer deporte… pero la realidad es que estamos en medio de:
. Una demoledora crisis económica que se agudizará aún más,
. Fusiones urgentes y contra reloj de Cajas de Ahorros,
. Desahucios por no poder pagar hipotecas,
. El FMI advierte que se avecina una nueva recesión económica mundial,
. La prima de riesgo disparándose.
Durante el mes de julio la prima de riesgo escaló hasta los 400 puntos básicos. España estuvo al borde de un abismo y a punto de un rescate económico urgente y así parece ser que lo reconoció Zapatero en la reunión que mantuvo con los agentes sociales el 17 de agosto.
. Caída en las bolsas europeas precisamente por el temor a una recesión económica mundial.
. Desplome del Ibex-35.
. Aumento del paro a cotas insostenibles.
. Los ricos, las grandes fortunas del país, empiezan a comprar títulos, bonos de deuda que emiten las Comunidades autonómicas en el mercado para poder financiarse.
¿Cómo salir de este atolladero? Los oscuros nubarrones anuncian una gran tormenta.
Todo empezó en 2008 con la quiebra de la entidad bancaria estadounidense Lehman Brothers y las hipotecas ‘subprime’. Llegamos a 2011 donde se ha tenido que reformar la Constitución española para contener el déficit público.
¿Y qué dice la famosa y desconocida carta que el presidente del BCE le envió a Zapatero en agosto?
Si la crisis es un largo túnel por donde hemos de pasar no hemos hecho más que empezarlo. Habrá que abrocharse muy fuerte los cinturones porque vienen curvas y muchas y muy cerradas algunas de ellas. La recuperación no asoma y los riesgos de recesión crecen.
Lo peor de la crisis, además del paro, de la deuda pública, del riesgo de que la economía mundial vuelva a entrar en recesión, etc. es que nos estamos acostumbrando a ella. Lo que parece evidente es que nada volverá a ser como antes. Hay que esperar es que la situación no empeore.

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