sábado, 20 de agosto de 2011

J M J. El Vía Crucis en Madrid. Emoción, arte, fervor y cultura.-

La JMJ celebró el día 19 en Madrid un Vía Crucis en el que la carrera oficial de este Viernes Santo de agosto era otra bien distinta de la habitual de cada ciudad en Semana Santa. La Campana de Sevilla se cambió por la Plaza de Cibeles de Madrid, los árboles de la Alameda de Málaga fueron otros árboles, el cielo estrellado y despejado era otro cielo muy distinto del que se tuvo en la pasada Semana Santa y los ojos que contemplaron los Pasos del Vía Crucis eran los de miles de peregrinos venidos a Madrid de todo el mundo.
En este día estuvieron juntos Francisco Salzillo, Castillo Lastrucci, Gregorio Fernández, Mariano Benlliure, Ramón Álvarez, Federico Collaut-Valera y otros artistas anónimos que con sus veneradas Imágenes asemejaron la ciudad de Madrid con aquella Jerusalén de hace más de dos mil años. Tallas que antaño servían de catequesis y que hoy vuelven a ser instrumento para una nueva evangelización. Este caluroso día de agosto se volvieron a fusionar la fe con la emoción, los sentimientos con la piedad, el fervor con el arte y la tradición con la cultura ante miles de personas de todos los continentes de la Tierra. Un variado conjunto de las mejores tallas de la imaginería española procesionaron vitoreadas por miles de peregrinos. En la cabecera hubo cirios, cruces, insignias y estandartes. En Madrid se vivió un Viernes Santo en pleno agosto y aunque no se caminaba por Triana o la calle Sierpes de Sevilla si subió al cielo de Madrid el aroma del incienso. La música cofrade y el sonido de los tambores contribuyeron a trasladar a los peregrinos de la JMJ hasta las ciudades y pueblos de Andalucía, Castilla-La Mancha, Castilla-León, Murcia, Alicante y toda España donde se vive con intensidad y gran fervor la Semana Santa.
La Virgen Dolorosa de los panaderos de Sevilla coronada por Mons. Amigo Vallejo cambió la calle Orfila por las calles del centro de Madrid.
Se tuvo oportunidad de ver Pasos a hombros, a costal y a ruedas; Pasos pequeños, grandes y Tronos inmensos; Pasos sin flores y otros con exuberantes adornos; Pasos con bandas de cornetas y tambores, de palio y hasta una centuria romana. Ejemplos todos de la riqueza artística que atesoran las distintas formas de celebrar la Semana Santa a lo largo de España.
Se vivió una madrugada de fervor cofrade a golpe de la sobriedad de Zamora, Cuenca o Segovia con La Crucifixión, El Descendimiento y el Cristo Yacente y del esplendor de las hermandades andaluzas de Sevilla, Úbeda, Granada o Jerez de la Frontera —con La Virgen de Regla, El Caído, El Despojado y Jesús de las Misericordias— y los contrastes del Gran Poder madrileño, copia del original sevillano, y el Cristo de Medinaceli de devoción firme y arraigada. Habrá quien aún no imagine cómo pudo ser ese conjunto de estilos vividos todas las Semanas Santas en España.



La Virgen de Regla, de la Hermandad de los panaderos de Sevilla, en Madrid

No hay comentarios: