Durante los años cincuenta y sesenta del pasado siglo se cerraron en Puente-Genil las más grandes empresas que entonces había en la localidad: Foret (en 1952), la fábrica de la Casualidad (1963), Ntra. Sra. del Carmen (1966), el Depósito de máquinas de la RENFE (1967), etc. que originó que mucha gente tuviera que verse obligada a emigrar a otros lugares de España y Europa: Madrid, Barcelona, Francia, Alemania, Holanda, etc. Por ello Puente-Genil se vio notablemente mermado en el número de población.
Muchos de los ferroviarios que trabajaban tanto en el Depósito como en el Material Móvil tuvieron que marcharse, unos lo hicieron solos, otros llevándose a su familia.
Eran aquellos tiempos en los que la estación de RENFE, la parroquia de Ntra. Sra. del Carmen, la fábrica de igual nombre, Foret y toda la barriada que se generó en sus inmediaciones quedaban muy alejados entonces del núcleo principal y comercial de la población, Matallana, Romeral, calle Aguilar, calle Don Gonzalo, etc.
Entonces la Avda. de la estación estaba flanqueada de acacias que aportaban un poco de sombra durante los calurosos veranos a las mujeres que iban hasta el Recorrido o el Depósito de la RENFE para llevarle en populares canastos de mimbre la comida diaria a sus maridos. Aquella imagen de tantas mujeres, a veces acompañadas de sus hijos, por la larga avenida o el camino de Espuny, acortando camino por el paso a nivel que conducía al Barranco del lobo y tomar luego las vías por detrás de la fábrica y la iglesia del Carmen hasta llegar a la estación, era frecuente en las décadas de los 50 y 60, hasta que se ordenó el cierre del Taller Móvil, del Recorrido y del Depósito de RENFE y cientos de sus trabajadores tuvieron que emigrar, ya que por entonces se podían contar más de setecientos los que allí trabajaban.
Fotografía que muestra a varios ferroviarios ante una
máquina de vapor en el Depósito de la estación de
Puente-Genil
Era asimismo la imagen de tantos y tantos ferroviarios que iban a trabajar a la estación en bicicleta o moto y se veían ir o venir en gran número, ya por la larga avenida o por el camino de Espuny, en verano, con el calor, en invierno, con el frío y la lluvia, ya fuere por la mañana, por la tarde o por la noche, dependiendo del turno de trabajo que les correspondiere. Eran maquinistas, caldereros, fogoneros, escopeteros, etc. A cada uno de estos grupos el Ayuntamiento de Puente-Genil en el 2008 les tiene dedicada una calle en la urbanización de Las Terrazas del Carmen que se ubica en la Avda. de la estación donde antiguamente estuvo asentada la Cooperativa Ntra Sra de los Desamparados.
En aquella época de los cincuenta Puente-Genil todavía contaba con grandes empresas que albergaban entonces a cientos de trabajadores, ya en molinos de aceite, en fábricas de pan, en la RENFE… que hicieron de la Villa pontanense un pueblo floreciente y próspero y tras el cierre y desaparición definitiva de las mismas vinieron años en los que el despegue económico y empresarial le costó grandes esfuerzos.
La emigración hizo mella en Puente-Genil, como en casi toda Andalucía, Extremadura o Murcia.
Aquella crisis se hizo notar en todos los órdenes sociales de Puente-Genil. Uno de ellos fue la Semana Santa. En los años sesenta muchas Cofradías quedaron seriamente desnutridas de hermanos, en ocasiones hubo problemas para procesionar algunos Pasos; las Corporaciones bíblicas hacían grandes esfuerzos para sobrevivir; las Casas-Cuartel eran alquiladas exclusivamente para el tiempo de Cuaresma y Semana Santa; el número de ellas era enormemente inferior a las que hay en la actualidad; los días para procesionar solamente eran Miércoles, Jueves y Viernes santo, luego más tarde se ampliaría con el Domingo de Resurrección; a la procesión del Miércoles santo se le conocía con el nombre de “la procesión de los cuellos sucios”, precisamente porque se estaba trabajando, tanto en las empresas como en tiendas y comercios, hasta la hora misma de la salida de la procesión y los Pasos procesionales eran mucho más sencillos y modestos que en la actualidad.
Paso de Ntra. Sra. de la Esperanza.
Año 1965. No tenía palio.
Paso de San Juan
Eran tiempos en los que abundaban los talleres de costura, de las sastrerías, de los talleres mecánicos de bicicletas y motos…
Eran tiempos en los que los chiquillos todavía podían jugar tranquilamente en las calles, plazas y parques con escaso número de juguetes que además les tenía que durar mucho tiempo. Sus juegos eran, entre otros, hoyo y bola, Policias y ladrones, resconder, a la una mi mula, el diabolo, la comba…
Eran tiempos en los que empezaba a verse la televisión y la gente se congregaba en aquellos bares que la tenían. Precisamente en la fachada del Bar La Plancha había un rótulo que decía literalmente “Bar con televisión Iberia”. Entonces podíamos ver programas como Los chiripitiflauticos, series como El Santo, El fugitivo, Perry Mason, Escala en HI-FI, Bonanza, Los invasores, Los vengadores o Los intocables; los programas de Kiko Ledgard, de Cesta y puntos, Estudio 1, Reina por un día, Un millón para el mejor, Salto a la fama, Galas del sábado, los dibujos animados de los Picapiedra y El oso Yogui,…
Entre los presentadores se recuerda a Jesús Álvarez, Federico Gayo, Joaquín Prat, Marisa Medina, Mariano Medina (el hombre del tiempo), entre otros muchos. Humoristas como Miguel Gila.
Es la hora de Manuel Martín Ferrand, y José Mª García. En 1966 nacía la cadena Los 40 principales, con profesionales como Joaquín Luqui, Pepe-Domingo Castaño, José Mª Íñigo o Miguel de los Santos. Eran los tiempos de la copla española, de Juanita Reina o Marifé de Triana, y la década de los 60 fue la del grupo británico The Beatles.
En los primeros años de la década del sesenta, tres personajes a nivel mundial destacaron: Kruschov, Kennedy y el Papa Juan XXIII.
Eran años en los que la avenida de la Matallana siempre estaba concurrida de gente, por las tardes y noches era el lugar de paseo de todos los pontanenses caminando pausadamente desde el Romeral al Tropezón para luego sentarse en la terraza de algún bar.
Eran los años del matiné; de ir al fútbol el domingo por la tarde, concentrándose muchos aficionados en los bares Rosales o Los Candiles; de cuando los niños y niñas tras recibir la Sagrada Forma el día de su Primera Comunión recorrían las casas de familiares y amigos para recibir felicitaciones; de cuando abundaban en las iglesias numerosos monaguillos; de cuando el Día de la Cruz los chiquillos tenían Pasos mucho más pequeños y sencillos que los actuales, viéndose por cualquier calle durante los primeros días de mayo desfiles de niños con pequeñas Cruces con modestos exornos florales hechos improvisadamente por ellos mismos con unas cuantas clavellinas o rosas que habían cogido de los patios de sus casas, colocando en las esquinas cuatro velas, y así se podía ver luego una larga fila, entre el Nazareno y los Dolores, con numerosas Cruces, de las que pendía una cinta a modo de cendal, y Crucificados. Todo ello haciéndose acompañar de algún chiquillo vestido de “romano” cuyo casco sobre la cabeza se lo habían hecho primorosamente con unas tiras de cartón y por plumero llevaban unas cintas de papel.
Es cuando se construyó la iglesia de San José (1957). En 1960 nació la emisora de radio local Radio Afán (O.M.) que se encontraba en la calle Hermanos García Padilla, hoy rotulada Padre Celestino, ya que en el domicilio de este sacerdote, párroco de San José, era donde se ubicaba la emisora, la cual fue clausurada en 1961. Al año siguiente entró en funcionamiento otra perteneciente a la cadena COPE, que dejó de funcionar en 1965.
En 1963 se inauguró la Guardería infantil "La Divina Providencia", edificio éste que albergó los estudios de la citada emisora local de la Cadena COPE, la cual contaba con un amplio salón de actos que servía para hacer numerosos programas radiofónicos en directo "cara al público" y que una vez desaparecida la citada emisora se reconvirtió en la capilla de la Guardería. Años más tarde el edificio fue cedido a la Compañía de María de la localidad, que durante muchos años lo usaron para la enseñanza y a su vez esta Orden religiosa, al cabo también de los años, lo revirtieron al pueblo, usándose en la actualidad, una parte, como Guardería infantil, y otra como la sede local de la Cruz Roja española.
Por aquel tiempo todavía podíamos ver por el pueblo fuentes públicas en las calles, como la que había en la Plaza Nacional junto a la baranda que había frente al Ayuntamiento al inicio del Caño Carretas, o las que había en la calle Horno y en la Vera-Cruz; también era el tiempo en que se podían ver abrevaderos, como el de la Plaza de Santiago (por citar sólo varios de ellos), que luego, a medida que iba avanzando la década de los 60, entre 1963 y 1967, fueron desapareciendo.
Cuando el Matadero municipal se encontraba en la calle San Sebastián, frente a donde hoy se halla la Casa-Hermandad de la Cofradía de las Penas y la Virgen de los Ángeles.
Cuando en la calle Guerrero se encontraba lo que se llamaba la Hermandad de labradores, años más tarde desaparecida.
Cuando en la cuesta del molino, ¡tan diferente a como se encuentra en la actualidad!, había un gran eucaliptal y estaba casi completamente desierta.
Cuando los bares más concurridos eran El Central y Los faroles, en la calle Don Gonzalo; el bar X, en la calle Alcalde; el bar La rana, en la calle Postigos; el bar Rosales, en la calle Aguilar; El Verde limón, La plancha, Los candiles, el de Cristóbal y Venancio, en la Matallana; el bar Peláez, frente a la estación; el despacho de vinos y aguardientes de la Bodega Delgado en la calle Francisco Vila; etc. En estos años se fundaron las Peñas El Genil y la Gran Peña.
En la década de los sesenta se frecuentaban baños en algunas huertas del río Genil, destacando los “bañaeros del encala”, popularizándose por entonces la playa fluvial conocida por “Torremembrillo”, que llegó a convertirse durante los meses estivales en un lugar atractivo para los pontanenses que en gran número iban allí a pasar los días entre el río y las huertas.
Y a grandes pinceladas es así como se podría describir a vuela pluma los años 50 y 60 en Puente-Genil. Qué duda cabe que hay muchos más apartados donde detenerse a recordar detalles y momentos históricos, pero sirvan los precedentes como una muestra de algunos de ellos.
Se podría continuar con la década de los 70 en los que ya Puente-Genil empieza a repuntar con la inauguración de empresas como la Cooperativa vitivinícola La Purísima (1971), Aligesa (1978); el nacimiento de las Ferias de Muestras conocidas como ExpoGenil (1978); luego en 1981 se inauguró el Polígono industrial San Pancracio y COVANSA; etc.
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1 comentario:
Buenas,soy hija de un pontanés que tuvo que emigrar con toda su familia a Madrid en los años 60 y os doy las gracias por recordarnos la historia de Puente Genil
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