Esta Navidad de 2009 está siendo muy lluviosa. ¡Por fín llueve! Mientras llueva como lo está haciendo bienvenida sea el agua. Esta agua que cae es beneficiosa para todos. Para la gente, para el agricultor, para los veneros, para la red de desagües urbana, para el aire que respiramos… Con esta agua que cae se limpia el nivel de contaminación de la atmósfera, se llenan pantanos, aumenta el nivel hídrico del subsuelo… Y habrá quien piense al leer estas líneas ¨y se evita el botellón¨.
Esta Navidad lluviosa está haciendo pasar muchas más horas en casa con la familia, jugando con los niños, viendo más televisión y viendo de la que se está librando si hubiera viajado por esas carreteras que se han visto bastante nevadas o por esas
ciudades que se han visto anegadas de agua.
Y viendo precisamente esas imágenes que ofrecen todos los informativos de la televisión, como son derrumbes de casas, corrimientos de tierra, etc. habrá quien gire la mirada hacia Puente-Genil y se pregunte al pasar junto al muro de contención del cerro de los poetas en las angosturas de la calle Pérez de Siles ¨¿Se caerá esta mole de tierra con tanta agua como está cayendo?¨
Y la verdad es que es para pensarlo. Toda esa masa de barro que vemos al pasar con el coche por la carretera desde la cuesta del molino hacia la calle San Sebastián, o viceversa, parece que está a punto de caer y cuando llueve tanto como en estos días de Navidad cabe pensar si no se desprenderá un masacote de tierra una vez esté muy empapada de agua.
¿Está seguro pasar por el lugar? ¿Servirá de algo la red que tiene tendida por su superficie? ¿Será suficiente el muro de contención que hay al pie del cerro?
Estas interrogantes son inevitables que se hagan cada vez que se ven fragmentos de tierra desprendidos en medio de la carretera y unas vallas advirtiendo de la precaución del paso por ese lugar, mirándose hacia arriba y deseando pasar cuanto antes por allí.
Esta Navidad lluviosa está haciendo pasar muchas más horas en casa con la familia, jugando con los niños, viendo más televisión y viendo de la que se está librando si hubiera viajado por esas carreteras que se han visto bastante nevadas o por esas
ciudades que se han visto anegadas de agua.Y viendo precisamente esas imágenes que ofrecen todos los informativos de la televisión, como son derrumbes de casas, corrimientos de tierra, etc. habrá quien gire la mirada hacia Puente-Genil y se pregunte al pasar junto al muro de contención del cerro de los poetas en las angosturas de la calle Pérez de Siles ¨¿Se caerá esta mole de tierra con tanta agua como está cayendo?¨
Y la verdad es que es para pensarlo. Toda esa masa de barro que vemos al pasar con el coche por la carretera desde la cuesta del molino hacia la calle San Sebastián, o viceversa, parece que está a punto de caer y cuando llueve tanto como en estos días de Navidad cabe pensar si no se desprenderá un masacote de tierra una vez esté muy empapada de agua.
¿Está seguro pasar por el lugar? ¿Servirá de algo la red que tiene tendida por su superficie? ¿Será suficiente el muro de contención que hay al pie del cerro?
Estas interrogantes son inevitables que se hagan cada vez que se ven fragmentos de tierra desprendidos en medio de la carretera y unas vallas advirtiendo de la precaución del paso por ese lugar, mirándose hacia arriba y deseando pasar cuanto antes por allí.
Al mismo tiempo hay que preguntarse ¿no hay posibilidad de acometer una obra en ese cerro para evitar el peligro de desprendimiento de tierra? Tal vez por un fondo de subvención de la UE, del estado o de la Junta de Andalucía?
No ya tanto de ejecutar obras de acondicionamiento y mejora de todo el cerro, que también, si no de la ladera norte que linda con la carretera. Porque como un día se empape de agua todo ese bloque de tierra y se venga abajo ya veremos qué pasa después.
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