lunes, 26 de abril de 2010

Ya se oyen la flauta y el tamboril.-


El Rocío
Dedicatoria:
A Javier y María,
deseándoles infinita felicidad.
El Rocío es fe, tradición, revuelo de oraciones,
plegarias, promesas y emociones,
es un camino que deja huellas en los corazones.
Olor a retama, romero y pinares.
Es paz, recuerdos y vivencias para todo rociero,
es una margarita cogida en cualquier sendero,
que entre las flores no es presumida,
aunque sí es de todos la preferida,
y con su humilde aroma,
la que luce en la ermita,
la Virgen más bonita,
Nuestra Señora de la Blanca paloma.
Entre olivares y veredas,
bajo un cielo, ora azul y soleado,
ora oscuro y estrellado,
Puente-Genil se siente peregrino
y hace con fervor al Rocío el purificador camino.
A ti, Madre, la Hermandad te canta y reza,
Tú, que eres flor de divina pureza,
bendita rosa temprana,
que te implora al despertar cada mañana.
Ya se oye aquel lado del Genil
el sonido del tamboril,
recordando un año más
que al Rocío hemos de ir.
Para el Camino ya se prepara la Hermandad de La Puente,
el Simpecado y la carreta tienen dispuesto su gente.
A Nuestra Patrona en la salida una Salve cantará
y a sus plantas con fervor una oración rezará.
De cada flor una ilusión brotará
y cada día una promesa te ofrecerá.
El pontanés peregrino, durante la pará de cada noche,
contemplará el estrellado firmamento,
y a la luz de la candela derramará su corazón de sentimiento.
Dios te Salve, Señora,
nunca dejes de poner tu mirada
en la que es de cada pontanés su morada.
Dios te Salve, Señora,
permite que siempre se fije en el Pastorcillo
las criaturas que hoy son chiquillos.
Dios te Salve, Señora,
protege en todo momento
a cuantos te rezan o te nombran con devoción,
a los que te tienen en la mente o en el corazón.
Dios te Salve, Señora,
ampara siempre a todo ese gentío
que con fervor grita ¡Viva la Virgen del Rocío!
Dios te Salve, Señora,
guarda a todos los que salen de esa Plaza
aquel lado del río,
todos van a ponerse a tus plantas,
Madre nuestra que eres del Rocío.
Dios te Salve, Señora,
Tú eres cobijo del desamparado,
el aliento y la esperanza del que la vida le ha negado.
Dios te Salve, Señora,
llena eres de gracia,
el Señor es contigo,
bendito es el Fruto
que de tu vientre vino,
Ese quien todos llamamos
el Pastorcillo Divino.
J.L.A.R.
26 abril 2010

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