La vida sigue igual.
Se inicia un nuevo curso, tanto el el plano político, académico, judicial, comercial, deportivo, etc. Tras las vacaciones de agosto se inicia un nuevo año, con nuevas ilusiones, con energía renovada, con nuevos proyectos.
Un curso que se presenta, sobre todo desde el punto de vista político, con una huelga general por delante, con la reforma laboral, el retraso de la jubilación, unas elecciones autonómicas, que en Cataluña y Madrid se presentan "calentitas", y otras municipales, con su precampaña y campaña incluidas.
Un curso que se presenta, sobre todo desde el punto de vista político, con una huelga general por delante, con la reforma laboral, el retraso de la jubilación, unas elecciones autonómicas, que en Cataluña y Madrid se presentan "calentitas", y otras municipales, con su precampaña y campaña incluidas.
Los grupos políticos empiezan a recobrar la actividad ordinaria tras el período vacacional. Los asuntos pendientes son muchos, pero el horizonte de las elecciones locales de la próxima primavera obligará a imprimir un ritmo muy especial toda vez que mayo vendrá determinado por la cita con las urnas.
Desde el equipo de gobierno municipal se seguirán haciendo viejas reivindicaciones no conquistadas y desde el principal partido de la oposición se seguirá insistiendo en la gestión deficitaria que se ha realizado desde el ejecutivo local.
Unos destacarán los equipamientos, rehabilitaciones, infraestructuras y servicios realizados y otros criticarán el déficit y la administración de las arcas municipales.
Mientras tanto para el conjunto de la población el nuevo curso se desarrollará con la normalidad de otros años, ya sea desde el ángulo cofrade, académico, comercial, laboral, etc.
Por un lado las Hermandades retoman sus actividades propias de Cultos; los escolares continuarán con sus estudios; los universitarios volverán a la universidad; las empresas, los comercios, los centros de enseñanza, las oficinas, talleres, etc. seguirán con sus trabajos propios; las Peñas y asociaciones seguirán con el ritmo y actividades habituales de siempre; la calles Don Gonzalo, Aguilar, Cruz del estudiante y la Matallana seguirán con su movimiento ordinario de gente que va o viene de un lado a otro; las centros médicos continuarán atendiendo a pacientes con la normalidad de siempre; los pintores, artesanos y artistas en general siguen con su producción y encargos; y el río, si de arriba no se manda otra cosa, seguirá discurriendo por el cauce de siempre. Normal.
Unos empezarán el nuevo curso comentándole a sus vecinos de bloque o compañeros de trabajo cómo han pasado los días que han estado de vacaciones fuera de Puente-Genil mientras lucen su tez morena; otros irán abandonando paulatinamente las críticas a la feria; otros retomarán sus rutinarios paseos y ejercicios físicos para cuidar la figura; otros andarán afanados en la compra de material escolar y muchos otros estarán pendientes de la Liga de fútbol, de la Champions y de la Copa del Rey.
A nivel local se hablará de las composiciones de las listas electorales, de lo que se ha hecho y de lo que ha quedado por hacer a nivel municipal, de los logros o carencias, de lo que queda pendiente de hacer, del deficit municipal, de cuántos concejales liberados habrá la próxima legislatura, etc. Y a nivel nacional se seguirá hablando del PIB, de la crisis económica-financiera, del desempleo, de los presupuestos generales del Estado, de la reforma laboral, de la huelga general del 29-S... Lo de siempre.
Como dice aquella vieja canción de Julio Iglesias (Festival de Benidorm, 1968):
Siempre hay por quien vivir, por quien amar,
siempre hay por que vivir, por que luchar,
al final las obras quedan, las gentes se van,
otras que vienen las continuaran,
la vida sigue igual.
siempre hay por que vivir, por que luchar,
al final las obras quedan, las gentes se van,
otras que vienen las continuaran,
la vida sigue igual.
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