Un lugar para descansar bien puede ser el Algarve de Portugal.
En esta región todo contribuye a pasar unos días de descanso y alejarse de la rutina cotidiana. Alejarse de ruidos, de la monotonía, del estres...
Al Algarve de Portugal se llega por la autovía A 92 hasta Sevilla, para tomar luego la autovía hacia Huelva y pasar por Ayamonte para adentrarnos en Portugal.
Tras pasar el puente que cruza el río Guadiana se continua por la autovía portuguesa A 22.
Se dejan a la izquierda localidades como Vila real de San Antonio, Tavira, Olhao y Faro.
Más adelante, siguiendo la costa portuguesa, nos encontramos Vilamoura, Quarteira, Albufeira, Portimao y Lagos. En esta última ciudad se tomará la carretera que llevará a Vila do Bispo y Sagres para llegar hasta el Cabo de San Vicente.
Todos estos lugares citados sobresalen por sus singulares paisajes, acantilados y playas, pudiéndose destacar las playas de Beliche (junto al cabo de San Vicente), de Rocha (en Portimao), Falésia, Albufeira o Santa Eulalia, por citar algunas.
Por su belleza hay que destacar igualmente los acantilados del cabo San Vicente.
En cuanto a las delicatessen hay que citar los vinos de Monchique, los quesos y las mieles, además de una amplia gastronomía donde destaca la cataplana de pescado.
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