Lunes, 8 de marzo de 2010.
Hoy el pueblo se levanta con una crecida del caudal del río mayor de lo que era habitual. Desde tempranas horas del día la gente que cruza el puente de Miragenil le llama la atención la altura considerable que trae el río. Pronto se corre la voz y despierta la curiosidad por verlo. La gente que va al Ayuntamiento, o a los Juzgados, o al Colegio, o a las compras no deja de acercarse, ya sea al paseo, o al mismo puente, o por la Galana para ver como bajan las turbias aguas del río.
Esta mañana no llovía, pero el cielo estaba encapotado con oscuros nubarrones que dejaban pasar en algunos claros un sol que se asomaba tímidamente.
La carretera de las Angosturas está cortada en un sentido porque unos operarios trabajan sobre la ladera del Cerro de los poetas. Para ir de la parte alta del pueblo al casco histórico hay que irse por la Calzada, la Cuesta Baena o la Cuesta Romero.
Pero he aquí que al mediodía se corre la voz de que el muro y parte de la carretera junto al Cerro de los poetas se ha desprendido. ¿Qué muro, el que contiene la ladera del Cerro? Preguntaba la gente. No. Peor todavia, el que contiene la carretera hacia el río.
¡Qué barbaridad! parece como si el río se hubiera engullido la carretera. Visto tal desprendimiento desde la otra orilla, desde las huertas, parece increible como esa mole compacta de tierra y asfalto se haya hundido.
Tanto tiempo de sequía como llevábamos y ahora está viniendo en tres meses toda el agua atrasada.
Por la provincia de Cádiz el agua ha hecho estragos. El campo está anegado en agua. No hay más que pasar por cualquier carretera y veremos como los olivares están a tope de agua. Los arroyuelos que casi están secos durante el año ahora vienen rebosantes de agua. Alguna playa del norte del país se ve a estas alturas del año cubierta de nieve.
El frío, la nieve, la lluvia y el viento ponen en alerta a media España en el mes de marzo.
Desde diciembre se diría que estamos sufriendo una tormenta perfecta. Unas veces por olas de frío; otras por temporales de nieve -que nos dejaron su huella por la Cañada de la plata, la sierra del castillo, la sierra de Estepa, en Sevilla, etc.- y otras por una concatenación de borrascas.
Mientras tanto la pasada madrugada se decía: Y la vencedora es... En tierra hostil.
Eso parece que estamos.
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