Hoy, a las doce del mediodía, como muchos otros días hago visita a Ntro. Padre Jesús Nazareno. La mañana es muy soleada y algo calurosa. Subo el empedrado de la Plaza del Calvario hasta llegar al pórtico. Los dos retablos cerámicos que flanquean la entrada, uno de Jesús y el otro de la Virgen de los Dolores, atraen mi mirada.
Me detengo en la cima del Calvario para echar una ojeada hacia abajo y pienso que dentro de unos días este emblemático lugar estará completamente ocupado por hombres y mujeres pontanenses que asistirán al momento culmen de la Semana Santa, la salida de Ntro. Padre Jesús Nazareno a hombros de los hermanos bastoneros que con infinita fe y devoción empiezan a llevarlo por las calles de este nuevo Jerusalén en el que se convertirá Puente-Genil.
También me viene a la mente las miles de personas, jóvenes y mayores, que subirán por este empedrado Gólgota para acercarse el próximo martes a Jesús en el Besapié de ese día.
Accedo al templo por la sacristía y me conduce hasta el interior del sagrado lugar. Reina un sepulcral silencio. La luz es tenue. En las bancadas hay varias mujeres piadosas que tienen fija su mirada en el Nazareno y en su Santísima Madre de los Dolores que ocupan majestuosamente el Altar Mayor.
Dirijo la mirada hacia toda la nave principal de la iglesia y me invade poderosamente el recuerdo de la Solemne Función religiosa de ayer domingo de Pasión cuando se encontraba completamente llena de fieles.
Una de las mujeres se levanta y se acerca devotamente hasta la grada que accede al presbiterío para despedirse de Jesús y de la Virgen de los Dolores. Con una genuflexión y santiguándose la mujer sale del templo mientras unos hombres de avanzada edad y pelo cano entran para hacer su diaria visita al Amo de toas las cargas.
Nada perturba la paz. Nada rompe el silencio. Los allí presentes están en íntima comunión con el Hijo de Dios y su Santísima Madre. Cada cual rezará lo que sabe y como sabe, en todos hay una gran fe y mayor devoción.
Es la semana de Pasión. Puente-Genil avanza hacia la Semana Santa. Mañana se iniciarán los Cultos de la Cofradía de Ntra. Sra. de los Dolores para continuarle los de Ntra. Sra. de la Guía, el Cristo de la Buena Muerte y Ntra. Sra. de la Soledad.
Esta semana también, el viernes de Dolores (día 26) hay que asistir al Vía Crucis - Vía Matrix de la Cofradía del Cristo del Calvario y Ntra. Sra. del Consuelo y el sábado será el primero de los días más esperados durante el año.
Ya el domingo, tras haber acompañado a la Guía y asistido a la procesión del Cristo de la Penas y Ntra. Sra. de los Ángeles en su andar por las calles del casco histórico de Puente-Genil, iremos a San José para asistir a la Función de Regla de la Cofradía de Ntro. Padre Jesús en su entrada triunfal en Jerusalén y Ntra. Sra. de la Estrella o asistir en la iglesia del exconvento de la Asunción al Pregón de la Semana Santa. Por la tarde a la procesión de la Borriquita y por la noche a la séptima subida al Calvario.
Estaremos ya empezando a caminar por las calles de esta nueva Jerusalén acompañando al Maestro y a su Madre Santísima. Unas veces viéndolo entrar entre palmas y ramos por la ciudad; otras lavándole los pies a sus discípulos; otras en un nuevo Getsemaní; otras lo veremos Preso, flagelado, amarrado a la columna o caminando hacia lo alto del Calvario con una pesada cruz, o crucificado, o en el regazo de su Madre, o Muerto en el Sepulcro santo o Resucitado.
Y el pueblo tomará parte activa recordando los pasajes de las Sagradas Escrituras,
ya sea de Noé, de profeta o de Sansón;
de Jacob, de evangelista o de jetón;
de rey David, de Herodes o de centurión;
de Tobías padre, de apostol o de santo varón;
de Pedro, de Pablo o de Santa Religión;
de Abraham, de romano o de Aarón;
de Dimas, de Gestas o de sayón;
de Barrabás, de David o de rico Epulón;
de Lázaro, de Escriba o de Salomón;
de Salomé, de Verónica o Gedeón;
de Pilatos, de Samaritana o de faraón.
Ahora lo que hace falta es que no llueva estos días
y el tiempo siga con este buen aclarón.
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