jueves, 2 de abril de 2009

Sábado de Pasión.-

7ª subida al Calvario. Ramos
Es Sábado de Pasión.
Ya estamos casi todos. Los que faltan llegarán en los próximos días. Puente-Genil ha aumentado considerablemente de población para asistir a la conmemoración de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo.
Las casas visten sus mejores galas. Por el Romeral, la Matallana, calle Aguilar, Don Gonzalo y Cruz del estudiante transita la gente que pasea o realiza compras.
La calle Aguilar es un ir y venir de gente que sube o baja a la Concepción para ver a la Guía.
En muchos escaparates de las tiendas de toda la vida se puede ver todavía esa vieja y tradicional estampa de mostrar velas que servirán para alumbrar a los Santos durante las procesiones, porque habrá que acompañar toda o media Estación.
En los Cuarteles todo está preparado para pasar en ellos días intensos llenos de emociones, de poesía, de cánticos coreados, de hermandad y de encuentros con amigos y hermanos. La Vieja cuaresmera sólo tiene una pata.
Es sábado de Pasión.

Por la tarde se oirá por primera vez este año el metálico sonido del bronce de la campanita que inicia la procesión de la Virgen de la Guía. Las pue
rtas de la Concepción se abren de par en par y la placita delantera de la iglesia del antiguo exconvento estará repleta de gente que aguarda con entusiasmo el primer día de Semana Santa. Gente que rebosa sentimiento manantero. Gente que espera jubilosa para presenciar la primera salida y a oir la primera saeta cuartelera.
Cuando el Paso de la Virgen se halla a punto de salir por las puertas del Santuario de la Madre de Dios se oye poderosa la voz del hermano Mayor: Hermanos, ¡Qué voy a llamar!. Y golpeando la campana que hay sobre el varal del centro del Paso los bastoneros levantarán a la Virgen despacio, con mucho cuidado y esmero, para no rozar con las jambas de la puerta de salida del templo donde se venera a la Patrona de Puente-Genil.

Lentamente la Guía sale de la iglesia entre rizadas velas que ya empiezan a chorrear cera y abriéndose paso en medio de la multitud allí congregada deseosa de empezar a vivir la Semana Santa.
En un atardecer que declina poco a poco en su ocaso y una noche que se espera vibrante Ntra. Sra. de la Guía empieza a caminar por las calles llevando por techo de palio nada más y nada menos que el infinito cielo de Puente-Genil.
Cuando la procesión alcance la Calzada y con el arco de fondo tras de si se vivirá uno de los momentos esperados de este día. En ese lugar, donde la pronunciada
pendiente de la calle ofrece gran dificultad, los hermanos de los Ataos que orgullosamente la llevan a hombros moverán el Paso de arriba hacia abajo a los sones del barrabás mientras la multitud allí congregada arranca en aplausos y Vivas a la Virgen.
Luego, en la Cuesta Baena se vivirá el momento álgido del día. La calle se encuentra repleta de gente que vuelve a esperar emocionada la trepidante subida que se va a hacer con la Virgen. Los bastoneros que llevan sobre sus hombros a Ntra. Sra. de la Guía y los músicos se preparan en el Caño Carretas, porque de un impulso se va a subir la empinada cuesta en medio de la multitud a los sones nuevamente del barrabás para estar a las doce en punto de la noche ante la torre de la Concepción.
La Virgen vuelve a su templo después de haberse empezado a vivir muy intensamente la Semana Santa en Puente-Genil.

Es madrugada.
Ahora, cuando empieza la madrugada, hay que marchar a la calle San Sebastián para asistir a la salida del Cristo de las Penas y Ntra. Sra. de los Ángeles. Estamos a la orilla del Genil. Vamos a recorrer las estrechas calles del casco histórico de Puente-Genil, por donde se diría que las esquinas de Alcaide, Lemoniez, Godínez, Guerrero o Capitán de Corbeta quisieran acariciar el Paso de Cristo o el palio de la Virgen.
Desde su primer año procesional en la calle La Huerta siempre ha resultado impresionante esta procesión. Esta primera madrugada de la Semana Santa envuelve con el aromático incienso todas las calles del itinerario cubriendo de franciscanismo todo el recorrido. Cristo abrazado al madero y el palio de la Virgen irán a su vez derramando su sombra por las fachadas de las angostas calles de donde pasan. ¡Qué hermoso resulta ver por estas calles la procesión! La gente se apiña en las esquinas y se aprieta en las aceras porque el Cristo de las Penas y la Reina de los Ángeles va a pasar rozando. ¡Qué lujo de procesión!
Y mañana domingo de Ramos al mediodía habrá que irse para la iglesia del exconvento franciscano para asistir al Pregón de Semana Santa. Será Domingo de Ramos.
Es Sábado de Pasión.
Puente-Genil inicia la Semana Santa,
con cuarteleras la canta,

henchidos los pontanos de emoción.
J.L.A.R.

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