Por si fuera poco el padecimiento que estamos teniendo con la crisis económico-financiera-social y los datos de desempleo que se nos muestran a diario, sufrimos además este verano un sofocante calor que trepa insistentemente a las cabeceras de todos los informativos donde se pronostica una y otra alarma amarilla.
Aún no se había entrado oficialmente en la tediosa estación estival y las temperaturas ya empezaron a elevarse irritantemente. Para incomodidad de todos se suceden olas de calor de esas que hacen aventurado pasar por las calles en las primeras horas de la tarde y que por las noches nos dificulta tener un sueño placentero que al menos nos haga relajarnos de todo ese equipaje que trae consigo esta crisis por la que atravesamos cual el peor de los desiertos.
Este será, sí, un verano que soporte una crisis que se va a caracterizar por los anunciados y minúsculos brotes verdes; por los más de cuatro millones de parados; por el que, a decir de los expertos, baja el consumo y la inversión; por el de la subida impuestos; por el del aumento de demanda en Caritas; por las anunciadas y cada vez más cercanas fusiones de cajas de ahorros; por la de una sociedad golpeada por el aumento de ansiedad, inquietud y estrés; por la que dirigentes de altas esferas económicas están recomendando retrasar la edad de jubilación y reducir el gasto improductivo, entre otras características y elementos de esos llamados globales.
Pero este verano ha entrado, además de con fuertes calores, con el reconocimiento por parte del equipo de gobierno municipal de un déficit económico de 1’5 millones de euros, y como ha dicho el alcalde “si en tiempos de bonanza la situación de las arcas municipales ya era mala, ahora es insostenible”, con lo cual va a obligar al Consistorio a acogerse a un plan de saneamiento económico que se prolongará durante seis años y que según la edil de Hacienda y Patrimonio “ya se está negociando con varias entidades financieras”.
Y claro, el PSOE, era de esperar, considera que la fórmula del préstamo propuesta por el gobierno local de IU-PA en su plan de saneamiento "incrementaría la deuda e hipotecaría el futuro del municipio" planteando a su vez corregir el déficit mediante la reducción de gastos.
Quizás ahora halla quien empiece a reconocer que lo de tantos sueldos a ediles liberados fuera un dislate y un desatino político. Ese será, probablemente, uno de los capítulos que en el próximo ejercicio habrá que revisar si se quiere empezar a reducir gastos, porque como dice el sabio refrán español: un grano no hace granero, pero ayuda al compañero.
Aún no se había entrado oficialmente en la tediosa estación estival y las temperaturas ya empezaron a elevarse irritantemente. Para incomodidad de todos se suceden olas de calor de esas que hacen aventurado pasar por las calles en las primeras horas de la tarde y que por las noches nos dificulta tener un sueño placentero que al menos nos haga relajarnos de todo ese equipaje que trae consigo esta crisis por la que atravesamos cual el peor de los desiertos.
Este será, sí, un verano que soporte una crisis que se va a caracterizar por los anunciados y minúsculos brotes verdes; por los más de cuatro millones de parados; por el que, a decir de los expertos, baja el consumo y la inversión; por el de la subida impuestos; por el del aumento de demanda en Caritas; por las anunciadas y cada vez más cercanas fusiones de cajas de ahorros; por la de una sociedad golpeada por el aumento de ansiedad, inquietud y estrés; por la que dirigentes de altas esferas económicas están recomendando retrasar la edad de jubilación y reducir el gasto improductivo, entre otras características y elementos de esos llamados globales.
Pero este verano ha entrado, además de con fuertes calores, con el reconocimiento por parte del equipo de gobierno municipal de un déficit económico de 1’5 millones de euros, y como ha dicho el alcalde “si en tiempos de bonanza la situación de las arcas municipales ya era mala, ahora es insostenible”, con lo cual va a obligar al Consistorio a acogerse a un plan de saneamiento económico que se prolongará durante seis años y que según la edil de Hacienda y Patrimonio “ya se está negociando con varias entidades financieras”.
Y claro, el PSOE, era de esperar, considera que la fórmula del préstamo propuesta por el gobierno local de IU-PA en su plan de saneamiento "incrementaría la deuda e hipotecaría el futuro del municipio" planteando a su vez corregir el déficit mediante la reducción de gastos.
Quizás ahora halla quien empiece a reconocer que lo de tantos sueldos a ediles liberados fuera un dislate y un desatino político. Ese será, probablemente, uno de los capítulos que en el próximo ejercicio habrá que revisar si se quiere empezar a reducir gastos, porque como dice el sabio refrán español: un grano no hace granero, pero ayuda al compañero.
No obstante, Sr. Baena, también pienso que se están empezando a calentar los fogones y a afilar los cuchillos para las municipales, y entre este déficit, los socavones y la disminución de aparcamientos, entre otros asuntos, la próxima campaña electoral va a estar muy calentita y casi vamos a tener vértigo al pasar por ella. Y es que posiblemente estemos entrando al final de otra era municipal. Quien sabe.
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