El encuentro de encajeras de bolillos reúne a 900 personas.
El acto se desarrolló en el pabellón polideportivo organizado por la asociación María Górriz.
M. Á. C. Actualizado 09.03.2009
La elaboración del encaje de bolillos ha dejado de ser una artesanía casi olvidada que se realizaba antiguamente por las madres y las abuelas, para convertirse en una labor que hace furor entre muchísimas mujeres de todas las edades, e incluso, algún que otro hombre. Las múltiples y nuevas aplicaciones que se le ha encontrado a estos encajes más allá del adorno de las sábanas, toallas o pañuelos para el ajuar de las novias, han contribuido a que el bolillo vuelva a resurgir y se abra paso con fuerza entre otras manualidades también en auge.
La elaboración del encaje de bolillos ha dejado de ser una artesanía casi olvidada que se realizaba antiguamente por las madres y las abuelas, para convertirse en una labor que hace furor entre muchísimas mujeres de todas las edades, e incluso, algún que otro hombre. Las múltiples y nuevas aplicaciones que se le ha encontrado a estos encajes más allá del adorno de las sábanas, toallas o pañuelos para el ajuar de las novias, han contribuido a que el bolillo vuelva a resurgir y se abra paso con fuerza entre otras manualidades también en auge.
Una de las encajeras muestra su obra.
Puente Genil ha acogido el séptimo encuentro nacional de encajeras de bolillos organizado por la asociación de mujeres María Górriz en colaboración con la Concejalía de Mujer. El evento se desarrolló en el pabellón deportivo municipal Joaquín Crespo Quini, donde se dieron cita, según la organización, más de 900 encajeras procedentes de toda España.
Algunas de las asistentes explicaron a El Día que han encontrado en el bolillo una forma de "relajarse" y de "relacionarse con otras personas que comparten su misma afición" a través de su asistencia a encuentros como el de ayer "donde aprovechamos para intercambiar conocimientos". Las participantes en el encuentro de Puente Genil pudieron añadir a sus compras productos típicos de la localidad como la carne de membrillo, el vino y el aceite, que se vendían en un stand fuera del recinto deportivo.
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